Dios Ra

Las distintas creencias, a lo largo de la historia de la humanidad, han contado, siempre, con la presencia de un dios creador, dador de vida y la mitología egipcia no es la excepción. Este papel, desde aproximadamente el año 2400 a. C. fue ocupado por el dios Ra. Para los egipcios este dios era la representación del sol, de los cielos y de la creación de la vida. También se lo considera el responsable de la muerte y la resurrección. A pesar que las creencias egipcias estaban pobladas de dioses de distinto tipo y rango, el dios Ra, es por lejos el más importante del universo teológico de Egipto.

Dios Ra

Conozcamos la historia del dios Ra

La historia de este dios se remonta a los inicios del Reino Antiguo – 2686 a 2181 a. C. – donde era unos más de los tantos dioses solares que integraban las creencias de la mitología egipcia. Con el tiempo los faraones lo convirtieron en la deidad nacional y oficial. Ellos decían ser sus descendientes y hasta su reencarnación. Fue durante la Dinastía V que Ra fue vinculado al dios tebano Amón y así nació Amón Ra.

El dios Ra era representando con forma humana, cabeza de halcón y un disco solar sobre ella.

El mito del dios Ra

Según los relatos de la antigua mitología egipcia, en el principio todo era oscuridad una gran extensión de agua conocida como Nun. La luz no existía y todo el poder se concentraba en Nun. De su gran poder, Nun hizo brotar un enorme huevo que asombraba por su brillantez y su capacidad de irradiar luz. Cuando este huevo hizo eclosión, surgió de su interior Ra.

El poder del dios Ra era inmenso. Se decía que podía adquirir cualquier forma y de esta manera, el dios se volvía real. Para los egipcios el poder del nombre era demasiado importante, tanto para los dioses como para los humanos. Por eso el verdadero nombre del dios Ra era un secreto y un misterio.

“Al amanecer me llamo Kephri, al mediodía Ra y al atardecer Atum” con estas palabras, el dios Ra creo el sol y una deidad para cada momento de sus movimientos.

Fue el propio Ra quien creo un dios que regiría sobre los vientos, lo llamó Shu y luego hizo lo propio con la lluvia, y así nació Tefnut.

Pero aún faltaba crear la tierra y quién la gobernara, por eso el dios Ra creo a Geb, junto con la tierra, e inmediatamente después fue creada Nut, la diosa que sería la compañera de Geb.

Luego Ra hizo crecer las plantas, los animales y los hombres sobre la tierra. Y una vez que toda la creación estuvo en marcha, el dios Ra se dispuso a gobernar a su pueblo.

Ra gobernó a los egipcios durante muchos años y los llenó de favores y de prosperidad. Pero el dios para gobernar debió adquirir forma humana y por ello comenzó a envejecer y a ser objeto de burlas por parte de su propio pueblo.

En acuerdo con los otros dioses que él había creado, Ra decidió matar a todos los hombres por las ofensas, para ellos creó una diosa sanguinaria a la que llamó Sekhmet que se complacía con devorar y beber la sangre de los hombres. Pero un día Ra se apiadó de la humanidad y le impidió a Sekhmet continuar con su destructiva labor.

El nombre secreto del dios Ra

De la unión de Geb con Nut, nacieron sus hijos Isis, Osiris, Seth y Neftis. De todos ello, Isis era considerada la más sabia, pero ella ignoraba el nombre secreto de Ra y estaba convencida que si llegaba a conocerlos gobernaría sobre el cielo y la tierra.

Cierto día, Ra se encontraba paseando y su saliva se mezcló con la tierra, formando un barro. Al ver esto, Isis fabricó con sus manos una serpiente con ese barro. La serpiente mordió al dios Ra y éste enfermó terriblemente ya que había sido atacado por una criatura que no había creado.

Isis se ofreció a ayudar a curar al dios creador a cambio de conocer el verdadero y secreto nombre de Ra. Al principio, el dios Ra se negó a tal pedido, pero viendo su muerte inminente llamó a Isis y le hizo jurar que su nombre pasaría de su corazón al de Isis y luego al futuro hijo de ésta, al que debía llamar Horus, pero que nunca ningún otro dios u hombre conocerían ese nombre. Isis accedió, Ra transmitió su nombre a la hija de Geb y Nut y fue curado.

A partir de ese momento, el dios Ra dejó de gobernar y ocupó un lugar en el cielo, siguiendo siempre la trayectoria del sol. Su verdadero nombre, hasta hoy, es desconocido.

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