Sirenas
Aunque el imaginario popular ubica, principalmente, a las sirenas como personajes de leyenda, mitad humano y mitad pez, lo cierto es que los diferentes relatos tradicionales describen a las sirenas como mitad humano y mitad ave. El origen de estos personajes, en las diferentes mitologías es una incógnita o, simplemente, se abonan tantas teorías como estudiosos hay en el tema. Si ahondamos un poco, veremos que se encuentran presentes en la mitología griega, en la egipcia y hasta en las tradiciones cristianas. El término sirena, deriva del griego antiguo, de la palabra sirén, que significa “encadenado” guarda relación con el término sánscrito, quimera.
La aparición de las primeras leyendas sobre sirenas
Las sirenas fueron descriptas como personajes de hermosos rostros de mujer, con largos y llamativos cabellos. Han sido representadas, siempre sentadas a orillas del mar, ocultando su mitad no humana, y exhibiendo un coqueteo que consistía en acariciar su cabello o ejecutar un instrumento musical. De esta manera seducía y atraía a los hombres. Fueron presentadas, sobre todo por la fe cristiana como una representación de voluptuosidad y de prostitución.
Fueron las tradiciones posteriores al siglo XVI que dieron lugar a la paulatina modificación del mito y la mitad ave, se volvió mitad pez. La cola de la sirena servía para simbolizar lo pecaminoso y las tentaciones.
Las sirenas en la mitología griega
Los más antiguos mitos griegos describían a las sirenas como seres de una voz encantadora que, no sólo era atractiva, sino que también era hipnótica. Su cuerpo era el de un ave y su rostro, el de una hermosa mujer. Estos relatos las ubicaban habitando las islas del Mediterráneo.
Pero fue a través de Homero que aparecieron las primeras referencias escritas de las sirenas. En su magnífica obra La Odisea. El poeta griego que narra las peripecias de Ulises en su regreso a Ítaca, luego de la Guerra de Troya, describe como el héroe griego logra enfrentar el canto de las sirenas, al acercarse a la isla de Sorrento. Ulises, advertido por Circe, ordena a su tripulación que se tapen los oídos con cera y él es atado al mástil mayor del barco – porque quería escuchar el canto – y de esta manera lograron atravesar este desafío. la tradición mitológica, contaba que con su canto, las sirenas seducían a la tripulación de los barcos, que perdían el control del mismo hasta estrellarse contra las rocas. Aprovechaban entoces el naufragio para devorar a los tripulantes de las naves caídas en desgracia.
Un relato muy similar, el de Los Argonautas, menciona que Orfeo y su tripulación lograron sortear a las sirenas de la isla de Sorrento con el maravilloso canto del héroe que embelesó a la tripulación y evitó que éstos escucharan el canto de las sirenas. Solo Butes – uno de los Argonautas – fue seducido por las sirenas y se arrojó al mar, pero finalmente fue rescatado por Afrodita.
Algunos relatos hablan del origen de las sirenas, en las ninfas que acompañaban a Perséfone en su paseo, el día que fue secuestrada por Hades y llevada al inframundo. Debido al descuido de las acompañantes, fueron castigadas y convertidas en mitad humanas y mitad aves. Sus hermosos cantos y su música las llevaron a competir y opacar a las musas, quienes en venganza las atacaron y las despojaron de todo su plumaje, que usaron para coronarse.
Babilonia y las sirenas
Fue, posiblemente, en la mitología de los asirios en el año 1000 a. C. en que la sirena apareció con forma mitad humana y mitad pez. Una leyenda hace referencia que Derceto ofendió a Venus y como castigo hizo que ella se enamorara de un pastor. Del romance entre Derceto y el pastor, nació una hermosa niña que fue llamada Semíramis y que llegaría a ser reina de Babilonia.
Derceto, dominada por ira que le provocó el castigo impuesto por Venus, abandonó a su hija, hizo matar al pastor y se dispuso a suicidarse, arrojándose al mar. Pero los dioses impidieron esto último convirtiéndola en una diosa mitad pez y mitad humano.
Sirenas en la mitología británica
En los relatos que fueron conformando la mitología británica, se pueden encontrar numerosos referidos a la existencia de seres, mitad pez y mitad humanos. Estos híbridos eran capaces de nadar en agua dulce por lo que podían internarse, desde el mar hasta el interior a través de los ríos. Las sirenas simulaban ser personas que se estaban ahogando, para luego apoderarse de sus incautas víctimas que iban en su ayuda.
Las sirenas en el cristianismo
La aparición del cristianismo y su posterior transformación en la religión adoptada por las mayorías occidentales, tuvo como consecuencia la erradicación de los personajes mitológicos paganos, entre ellos las sirenas.
Si bien la sirena no es mencionada en la biblia, a diferencia de otros híbridos, si ha sido utilizada como ejemplo de las tentaciones del mundo. El arte cristiano de la época medieval hacía referencia las sirenas como la representación pecaminosa de la mujer y de sus tentaciones. Algunos relatos hacen referencia a que eran pecadoras que lograron sobrevivir al diluvio universal, adoptando forma de pez.
Pese a que las sirenas siempre ocuparon un lugar como personajes malvados, en la actualidad es posible verlas presentes en la literatura infantil, series y programas de televisión.
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