Vampiros
Si existe una leyenda que ha alimentado durante miles de años el imaginario popular, es la de los vampiros. Seres espectrales que vagan entre la vida y la muerte, necesitados de sangre humana para mantener tal condición. No existe, prácticamente, ninguna civilización de la antigüedad que no cuente con relatos que hablen de este tipo de seres. Sin embargo, la creencia acerca de la existencia de personajes espectrales asociados al murciélago, corresponden a los últimos 1000 años de existencia humana. Es sabido que existen algunas especies de murciélagos que se alimentan de la sangre de animales, sobre todo de ganado y esto ha estimulado la creencia que en el mundo vagan vampiros que atacan a seres humanos, bebiendo su sangre para que, luego, sus víctimas se transformen a su vez en nuevos vampiros.
Los predecesores de los vampiros
Hacer un repaso por las distintas creencias sobre la existencia de seres que deambulan entre la vida y la muerte, bebiendo sangre, podría llevarnos varios libros y no un solo artículo. Pero la historia nos deja ver algunos personajes destacados.
Una de las referencias más antiguas nos habla de Lilith, conocida como la Reina de la Noche o Madre de los Demonios. Según algunas tradiciones, Lilith fue la primera mujer de Adán, que fuera creada por dios junto a éste. Lilith era un personaje de alma oscura y diabólica que deambulaba por las noches atacando a los hombres mientras dormía, a los cuales les bebía su sangre y los seducía para lograr descendencia. Para muchos, este personaje fue el primer vampiro que conoció la humanidad.
Otros relatos ubican al primero de los vampiros, también en el génesis. Caín, luego de asesinar a su hermano Abel fue condenado a vagar, portando una terrible maldición: la de temer al sol y ser presa de una constante sed de sangre. Como podemos ver, una importante tradición ubica al vampirismo como parte de las creencias judeo-cristianas.
Drácula, el más famoso de los vampiros
Sin duda alguna, las creencias más profundas sobre el origen de los vampiros tuvieron lugar durante los siglos XV y XVI, en Rumania y Hungría. En estos parajes se combinaron varias situaciones que alimentaron la leyenda acerca de la existencia de vampiros. De un lado, era común en esas zonas, la existencia de cierta variedad de murciélagos que atacaban el ganado, mordiéndolo y bebiendo su sangre. Estos animales trasmitían la rabia, por eso los pobladores se asustaban por el cambio de conducta de los animales atacados. En esos tiempos, los rumanos resistían en forma feroz el ataque de los ejércitos otomanos. En esta resistencia al asedio turco, en Rumania, se destacó un oscuro personaje, Vlad Tepes, hijo de un señor feudal de la comarca que luchó con gran valor contra las fuerzas hostiles. Pero Vlad Tepes era poseedor de una extrema crueldad con sus enemigos, a los que luego de capturarlos los condenaba a morir empalados, de allí que se lo conoció como Vlad “El empalador”.
Debido a su crueldad, se fueron tejiendo numerosos relatos sobre Tepes, que iban alimentado, poco a poco, el imaginario popular, haciéndolo acreedor a la fama de beber la sangre de sus enemigos. Con el tiempo, Vlad Tepes se ganó la fama de personaje diabólico y peligroso. El nombre de Drácula proviene del rumano, que significa “hijo de Drácul”, tal como se conocía al padre de Tepes.
Bram Stoker y Drácula
La novela más famosa sobre vampiros y que ha marcado un hito en la literatura universal es “El Conde Drácula”, escrita por Bram Stoker, novelista irlandés que dio nacimiento a este relato en el año 1897.
Si bien todo el relato es una referencia permanente a Vlad Tepes, la novela no mantiene ninguna relación con lo que fue la verdadera vida de Vlad III. Por el contrario, Stoker uubica su relato en la vieja Transilvania, siendo que el personaje real era príncipe de Valaquia.
Pero la calidad de la obra sedujo a miles de lectores a lo largo de todo el mundo. Fue la piedra angular para que la naciente industria del cine pusiera sus ojos en él. En 1922 fue filmada la película Nosferatu, del director F. W. Murnau que se basó en la novela del escritor irlandés. Este film se convirtió en un verdadero clásico del cine mudo.
Lo cierto es que la posibilidad de la existencia de vampiros ha alimentado durante miles de años las leyendas y mitos a lo largo de todo el planeta. Cada país, cada cultura cuenta, seguro, con un personaje que vaga eternamente entre la vida y la muerte, bebiendo sangre de sus víctimas y aterrando a las poblaciones.
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